Cuando lo cotidiano requiere un termino nuevo, aparece China Mieville y desmiente todas las fronteras. Sus verbos "desver" y "desoír", junto con el concepto de "la brecha" como una especie de fuga espiritual me están acompañando a diario, desde que leí la semana pasada "La ciudad y la ciudad".
Los que todavía os oponéis, os recomiendo animadamente su lectura que oscila entre lo noir y lo fantástico. Desplegará ante vuestros ojos y mentes todo un puzzle lingüístico y os dará todo un nuevo panorama geográfico por asimilar.
La portada, lectores míos...
Habrá dos. Para ver y desver.
Uno de nosotros debería hacer la reseña ulqomana y el otro, la beszelí.
ResponderEliminarHe dicho!
Little bye!
Totalmente de acuerdo. Te contactaré para una cita en la Cámara Conjuntiva para hablar de ciertos asuntos.
ResponderEliminarOs estoy desleyendo
ResponderEliminarOs estoy desleyendo...
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