sábado, 26 de septiembre de 2015

Traducciones propias. Poesía Polaca VII. Halina Poświatowska

Kraków, finales de verano del 1967, se apaga otra estrella fugaz de la poesía polaca. Muere Halina Poświatowska después de la segunda operación de corazón y una larga enfermedad. Tiene solo 32 años.




Halina, poetisa y traductora de poesía, era una mujer de gran talento, Dejó tras sí 5 tomos de poesía y prosa, algunos versos sueltos más. Un amigo suyo, Jan Zych, cuenta en la introducción a su Obra selecta, que en el lecho de muerte le acompañaba un tomo de la poesía de García Lorca, Halina pedía que se lo leyeran en original.

Sus versos muy botánicos respiran la duda de la existencia, alaban la felicidad de ser vivo. El bordado femenino palpable en la selección de cada palabra conecta con la naturaleza, canta la magnitud del universo.

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Yo misma. Rodeada de ramas del vid jade, de tiritar del viento entre las hojas del declive de verano, del omnipotente piu piu de los pajaritos, conecto el portátil y a mí misma. Selecciono esos poemas y hago mi peculiar come back de entre escombros urbanos y mis propios meandros de la existencia. Traduzco para vosotros una selección de poemas de Halina, una selección que quizás peca por ser demasiado subjetiva – pero qué le vamos a hacer. 

Inspiración, fruto del momento, flechazo. 
Que disfrutéis tanto como había disfrutado yo leyendo y traduciendo a Halina Poświatowska.



***
Ponme la mano en el pómulo
que sea gélida y salada
como el océano

no vengas a mí de buen tiempo
mis ramas no capturarán
la llama verde de la hojarasca
soy seca cual mástil

rodeado por las malas aguas
el barco de mi corazón

gira hacia los mares del Norte



***
Hacia tí
a través del tiempo
a veces tan cerca
que casi te toco

no sé
dónde acaba la memoria
dónde empieza la realidad

el reloj de mi cuerpo
se ha averiado

tozudamente revive
los instantes
ya resecos
en el interior de los arboles

el tiempo no sabe solidificarse
fluye
a través de la sangre

***
Permanece cerca de mí
solo entonces
no siento el frío
el frio sopla/atraviesa el espacio

cuando pienso
qué grande es
 y qué soy yo
necesito entonces
tus dos brazos cerrados
esos dos rayos de universo

***  
Justo ahora amo
así que con la palma de la mano
recorro cada nervio
ligadura de oro
justo ahora soy
así que a las hojas
que brotarán del árbol
al suave manto de la hierba
que crecerá
a las manzanas que madurarán
le susurro a la oreja verde de la primavera
que el día oscuro de ayer
en el mar azul
ahogaron la muerte

***
nosotras no creemos en el infierno
en el fuego bailando
nosotras mismas somos chispas
en nuestros rostros cada noche
buscan su reflejo las estrellas adormiladas

nosotras, del abismo de los mundos
oliendo a azufre y alquitrán
(porque perfumes también son alcohol)
acogemos en un suave abrazo
los del infierno y los del cielo

quien nos maldecirá
sino nosotras mismas en una risa loca

no nos toquéis con la mano
no nos señaléis con el dedo
sombras del atardecer muerto
entre las callejuelas
– bailan las lámparas –
nuestros pies descalzos timbran, timbran

bajo la luna, la moneda de plata
(porque perfumes también son alcohol)

***
En tus dedos perfectos
soy tan solo un temblor
soy el canto del follaje
gracias a un cálido toque de tus labios

el olor molesta – dice: existes
el olor molesta – disuelve la noche
en tus perfectos dedos
soy pura luz

ardo en lunas verdes
por encima de un día marchito y ensombrecido

de repente sabes – tengo los labios rojos
– el flujo de sangre trae el sabor salado –


***
A veces llega una clara
conciencia de la fatalidad
de la tierra rota



no sé a dónde se van después de muertas
las partículas más pequeñas
no puedo prometerles el paraíso

los viajes interestelares no son para ellas
sometidas a la ley de la gravedad
caen caen