martes, 30 de agosto de 2011

Semana en color. Presque 29.

Casi 29. 
(Creo que) estoy des-instalando los archivos de la juventud para hacer sitio a los blue-rays de madurez. No se me da bien. Y...  no quiero llamar al servicio técnico. Hago que ya se me pasará. Aunque no se cura. Reitera. Espuma que sube. Reflejos de ayer diluvian flashes de "un futuro".

Encuadre íntimo... (presque 29)

Buceo entre los clics, excavo archivos literarios, amontono lomos de lectura, limpio objetivos. Colecciono "targets". Dibujo estabilidad. ¿Qué? Sea lo que sea, seguro no se me da bien.  Alargo los días, ahuyento las noches de somnolencia, temo-grito-lucho. Me persigue.... el presque 29. Bajaría al pozo. Aunque tenga mi gato bien localizado.

"¿Tienes 27 o 28 años? Es muy duro vivir a esas edades cuando todavía nada es seguro. Tienes mi comprensión". 
 Haruki Murakami 

Todd Hiddo: Homes at night 1951. 
Esta es la última semana subtitulada por mis 28 años. Me felicito por la serpentina de los días en color, de los negativos en blanco y negro, de las cintas en procesado cruzado y algunas diapositivas. Me dedico el post Semana en color. Links, imágenes y un ramo de palabras mías, ajenas...


Y me permito hacer desorden y postear la locura-serendipia. Un sinsentido de cosas... me sirvo un smoothie de libertad bitacoriana, un scrap-post. A nuestra salud. Na zdrowie!

"Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano. Y es solitario."
Clarice Lispektor.

Presque 29... Un escribir verdadero... 
Traerá ¿?
Pozos, lomos, montañas, miradas perdidas. 
Red tan serena, desenredarme quiero aquí. 
 La luz cegadora flirtea con la tenue oscuridad, se gustan, yo...  yo bailo sin parar. 
Me pican los pies. La pomada anti-disturbios. 
Aplicar una gota. Sí, a mi alma.
 Quelqu'un, quelque chose... 


Lieko Shiga. White mountain 

Scarlett Hooft Graafland: ‘You Winter, let’s get divorced’

"Hope there's someone - Who'll set my heart free - Nice to hold when I'm tired"
Anthony &The Johnsons 

"veo-leo":
Foto. Mujeres. Otros. http://www.jeanloupsieff.com/
Libros, todos. http://www.goodreads.com/
Polonia. Revista http://www.przekroj.pl
Libros. Pequeños. http://www.livredepoche.com
Foto. Luz y personas. http://www.liekoshiga.com
Foto. Luz y casas. http://www.toddhido.com



"Yo no tengo idea, sólo tengo palabras y silencios".
Marguerite Duras
 

[Aviso: este post sufrirá alteraciones] 

jueves, 25 de agosto de 2011

Fetichismos literarios 3: The Ice Book.


"El sueño" por Jorge Luis Borges 

Si el sueño fuera (como dicen) una 
tregua, un puro reposo de la mente, 
¿por qué, si te despiertan bruscamente, 
sientes que te han robado una fortuna? 

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora 
nos despoja de un don inconcebible, 
tan íntimo que sólo es traducible 
en un sopor que la vigilia dora 

de sueños, que bien pueden ser reflejos 
truncos de los tesoros de la sombra, 
de un orbe intemporal que no se nombra 

y que el día deforma en sus espejos. 
¿Quién serás esta noche en el oscuro 
sueño, del otro lado de su muro?



"The Ice book" es un minúsculo teatro recortado de un libro en formato pop up, pintado con luz e imagenes en stop motion, revivido con sonidos fantásticos y fotografías hilarantes. Entra en el mini-universo onírico hecho de papel e ilusiones ópticas. Sueña. Divaga. Duda. Vive... 



The Ice Book (HD) from Davy and Kristin McGuire on Vimeo.



La página web del proyecto: http://www.theicebook.com/Home.html

miércoles, 24 de agosto de 2011

Amor, herejía... Citas de Milan Kundera.


"Jean-Marc miraba a Chantal, cuyo rostro, de pronto, se iluminó con una secreta alegría. No tenía ganas de preguntarle cuál era el motivo, contento con sabotear el placer de mirarla. Mientras ella se perdía en imágenes cómicas, él se decía que Chantal era su único vínculo sentimental con el mundo.
(...) Ella y nadie más lo sacude de su indiferencia. Sólo por mediación suya es capaz de compartir"
***
[Chantal] " Se dijo entonces que su amor por Jean-Marc era una herejía, una transgresión de las leyes no escritas de la comunidad humana, de la que iba alejándose; se dijo que debía mantener en secreto la desmesura de su amor para no suscitar la enconada indignación de los demás".

Texto: "La identidad", Milan Kundera, Maxi Tusquets
Foto: Lieko Shiga, "Chiako", web : http://www.liekoshiga.com/

lunes, 22 de agosto de 2011

Han hurgado en mi intimidad. Reseña de "La Identidad" de Milan Kundera.

siempre resultaré demasiado personal... 

***
Milan Kundera ha estado en mi piso. Ha hurgado en mi intimidad, ha removido mi ropa interior… Ha mirado los libros que leo, los discos que escucho. Incluso ha tirado por el suelo mis vestidos favoritos, ha gastado el perfume de rosas. Lo ha descompuesto todo. O quizás lo ha puesto en su sitio. 
"La identidad", ese puzzle de nimiedades, ese mosaico cambiante e inseguro, esa mascarada de pluralidades cantada a dos voces, a dos chirridos del pánico - Chantal y Jean Marc, una pareja de amantes. 


Sinopsis: 
 Chantal y Jean-Marc viven juntos en París y se quieren, se quieren tanto que incluso parecen confundirse. Y es que, a veces, se dan situaciones en las que, por un instante, ninguno de los dos parece reconocerse, en el que la identidad del otro se disuelve y, de rechazo, duda de la suya propia. Todo el que ama, todo el que convive en pareja, lo ha vivido alguna vez, porque lo que más teme en el mundo quien ama es «perder de vista» al ser amado. Pues eso es lo que, poco a poco, va a empezar a ocurrirles a Chantal y a Jean-Marc. Pero ¿en qué instante, ante qué gesto y en qué circunstancia precisa comienza ese aterrador proceso? Kundera atrapa al lector en el pánico que acompaña ese instante de extravío y éste ya no tendrá más remedio que adentrarse en el laberinto que recorren Chantal y Jean-Marc y en el que más de una vez deberá cruzar la frontera de lo real y lo irreal —o entre lo que ocurre en el mundo exterior y lo que elabora una mente en solitario.

"Los hombres ya no se vuelven para mirarme", dice Chantal. Lo repito yo, cada vez con más frecuencia. Como si tuvieran que mirarme para ser testigos de mi feminidad, como si fuesen mi re-afirmación... para que no cese de existir. Chantal es una mujer que olisquea nostalgia en momentos de la celebración más intensa del amor, entre un gemido y otro. Es una mujer que teme, que en la oscuridad de un párpado perderá la única seguridad de su vida - su amante. Resuena por esa grandiosa novela de Kundera, nuestra necesidad de estar atados al otro cuerpo, de acogernos a su fundamento, mantenernos en su pedestal a pesar de lo aburrido de las décadas convividas y la idiotez del paso de tiempo. 

Kundera aplica un regocijo amoroso bien sádico con la pareja, la somete a una serie de chistes y engaños epistolares varios - notas de amantes postizos que se supone que han de reivindicar la existencia de ambos, quizás depurar su relación. No hacen más que peligrarla, casi la aniquilan. Los amantes de Kundera quieren proteger y sentirse protegidos. Quieren ser espejo uno para el otro, quieren ser su definición. Todo ese amargo paripé, esa decaída solo sirve para volver a subrayar la verdad de siempre: lo único seguro y verdadero en ese mundo es el amor. Solo el amor perdura para oponerse a la presión de mañana.

Dicen los críticos que Kundera siempre re-escribía el mismo libro, pero, en realidad, lo único que hacía , era escribir sobre la vida -  construía dramas desde el gran cariño para sus personajes, porque igual como ellos, sentía como lo vacío se deslizaba en su día a día. Aunque no quería darse por vencido, sabía que era inútil divagar más. Buscaba, maduraba pociones contra todos los dolores de la existencia. Al final, siempre le quedaba poco más que el amor. 

Sé que Kundera ha estado en mi piso, que ha mirado de reojo las sábanas. Ha mirado a través de mí. Sabe perfectamente como me siento, lo que temo, puede con facilidad recitar la escala de mis miedos. Nuestros miedos. Nosotros, los que miramos cada día espejo para comprobamos si todavía estamos “aquí”, para ver si seguimos siendo como éramos ayer, siempre nos equivocamos y no paramos de decir que no pasa nada… Tememos al tiempo, llenamos nuestros días con miedo a desvanecer, buscamos eternidad en la mirada de nuestras parejas, buscamos inmortalidad en las cavernas de los placeres eróticos... Añoramos respuestas a las preguntas que odiamos pronunciar. 


Kundera ha estado en nuestros pisos, sabe el dolor del puño cerrado bajo la almohadilla cada noche – conoce ese miedo a parpadear, el miedo a desvanecer o peor aún… a no reconocerse el día después.


***
Ahora recomiendo crujir con el filme "La doble vida de Verónica" by K. Kieslowski.


jueves, 18 de agosto de 2011

"Cosmópolis". Don DeLillo y las ratas.

Le llaman "el poeta de la paranoia". Y él escribe sobre las ratas, ratas urbanas que viven en las celdas de cristal. Queridos lectores:  Don DeLillo y "Cosmópolis" 


La rata urbana de Don DeLillo vive entre el mugre humano en una torre de diseño. El roedor americano de Don DeLillo lee poesía en sus ratos libres, pero sólo si es aplicable en piezas de pocos versos, escucha rap en el ascensor derecho y disfruta de la música clásica en el izquierdo. La rata fornica a diestro y siniestro. Maldice y se rebosa en soberbia, se retuerce en el pozo de nihilismo, nos mira desde arriba con una sonrisa malévola. La rata  pija de Don DeLillo es un millonario Eric Parker que decide teatralizar una de sus jornadas emprendiendo una verdadera odisea para cortarse el pelo. La rata moviliza media empresa para atravesar con su limusina la metrópolis, repartiendo desmesurada repugnancia por las calles, allá por dónde pasa. Todo eso durante una jornada crucial para la vida neoyorquina, la visita del Presidente.

Es un día del abril allá por 2000. 
 La rata deviene la moneda legal. 

Eric lee este verso de Zbigniew Herbert (un excelente poeta polaco), se levanta para constatar entre risas que su asqueroso imperio peligra, porque, por la primera vez en su vida, el curso de una moneda se curvó en contra de sus cálculos.  El yen y su rebelión suponen tal morbo para Eric el millonario que se decide dar la última patada de su prepotencia. 

Don DeLillo le conduce entre el bullicio de la gran metrópolis de NY, donde el murmullo de la tecnología y el grito de broker se unen en un espasmo apocalíptico. Donde abunda violencia, donde raja el aire el ruido ensordecedor. Eric traspasa lentamente la ciudad de 1001 pecados, la ciudad que adora a la Nada, la urbe de Nueva York.
Don DeLillo muestra ser en todo tiempo un gran conocedor de la metafísica urbana. Me sobrecogió lo acertada y depresiva que resultó ser esta autopsia de Nueva York, una ciudad moderna, entregada a dinero, aplastada por la sed de consumismo, un enorme vertedor de vidas vacías.
Don DeLillo muestra la rata en la cima financiera por la mañana, tan vertical, tan erguida y llena de auto-confianza. La rata, Eric, esa misma noche morderá la tierra sucia, entre escombros de su potencia reirá por lo bajo por la última vez. Y luego... el futuro despiadado aplastará su horizonte para siempre.



Tengo un problema con Don DeLillo y radica en la ambigüedad de las sensaciones que me produce. Adoro ese rechazo instantáneo del primer contacto, un gesto de autodefensa de mi mente, que se ve suplantado enseguida por una mezcla de esmero y respeto. Su prosa me fascina, parece habitar en ese espacio indefinido que nadie sabe encontrar aunque todos queremos confirmar que existe… Ese nicho donde conviven lo radicalmente posmoderno, despojado, rancio por un lado y por el otro, brota el frescor de una prosa tersa y suave… Don DeLillo es caótico y confortante, desconcertante y sutil. Provoca y acurruca. Y siempre te deja sin consuelo. Te ahoga en el vaso de pena. Te atraganta con la desesperanza. No te rescata.. Utiliza un arma muy poderosa: amenaza con el tiempo pero nunca juega sucio, siempre tan sincero y analizador. Siempre gana, porque se lo entregas todo. Al maestro de tiempo.

***

 Mi primer encuentro con Don tuvo lugar hace un par de meses cuando leí “Punto Omega” cuyos efectos secundarios perduran en mi alma lectora hasta hoy y ojalá nunca se apaguen. Todavía no me veo lo suficientemente madura como afrontar su reseña, lo más probable leeré de nuevo esa obra maestra para tartamudear mi opinión. Me he atrevido con “Cosmópolis”, la vi más...accesible (¿?) El mensaje de Punto Omega es tan envolvente, tan neblinoso… que asusta.

Tiene razón Don Delillo:

"La vida es demasiado contemporánea" 

domingo, 7 de agosto de 2011

"Hiroshima Mon Amour" de Marguerite Duras.

Todo empezó el 5 de julio, una tarde de gozo, una tarde de verano... Fue una tarde de descubrimiento especial, el de ver el foto-montaje "La Jetée" (Chris Marker, 1962). Serie de instantáneas hechas un filme, una historia de partículas de amor, guerra, existencia y memoria.  Luego, una serie de conversaciones y digresiones me llevó a conocer Marguerite Duras. Su "escribir". Y luego... Leí... 

"Hiroshima mon amour". 


"Hiroshima mon amour" es un texto que derrumba los cimientos del concepto del amor. Un guión que destroza la dualidad entre el bien y el mal. Yace muy por encima de las conjeturas de humanidad para categorizar el mundo. Presenta un estudio escalofriante del horror de guerra, del poder aniquilador de las heridas. Es un guión confeccionado de amor imposible, sufrimiento y placer inalcanzable. Marguerite Duras corta la realidad de la guerra con el cuchillo de sus frases, las echa desgarradas para la bestia de su escritura, para que esta las devore con su indescriptible talento. Así nace una historia única explicada por el silencio de las miradas fugaces, empapadas de sudor de cuerpos entrelazados en un abrazo pasional, gritada entre el sofoco de memorias dolorosas. 

El horror que baila tango con el Amor. Pasión que canta sonatas nocturnas para la maldita memoria. Paz que nunca llega. Nevers. Hiroshima. Locura. La impotencia de no poder olvidar.   Este es un rosario más amargo y negruzco que se puede anillar de piezas de dolor y amor. Marguerite Duras lo consiguió.

ELLA: "De la misma manera que existe esta ilusión en el amor, esta ilusión de ser capaz de no olvidar nunca, también yo he tenido la ilusión ante Hiroshima de que jamás olvidaría. Igual que en el amor". 


He salido de la lectura trastornada pero fortalecida. El guión ha dormido conmigo, ha llegado a ser parte de mí. De vez en cuando vuelvo a acariciar sus dialogos. Recuerdo que dijo Ella de locura, medito lo que sería estar hecha a la medida del cuerpo de alguien. Amo y nunca olvido. Más quisiera. 

EL: "Eres como mil mujeres a la vez..."

martes, 2 de agosto de 2011

Fetichismos literarios 2: La segunda vida de un libro.

Analógico o digital. Dilema de hoy, seguirá siendo un dilema mañana. Yo aplico la actitud: ¿Y por qué no ambos? Me gusto auto-describirme como un abalorio de equilibro, me balanceo entre los dos mundos, en el mismo bolso llevo Yashica de los 60' y un Kindle rebosante de lecturas (no es para presumir, ambas adquisiciones han sido gangas de 2ª mano). Soy hoy que estira manos al futuro sin olvidar que arrastra un largo pasado. Soy polivaliente. Pero ante todo...  soy una fetichista y librofila irreprimible. Celebro el libro tanto por su texto como por su aspecto físico. Acaricio el lomo y aprecio la tipografía, la rugosidad de las páginas, no sería capaz de desprenderme, decir adiós a un libro. A menos que...

Hoy os hablaré o más bien mostraré el curioso destino que el mundo creativo les brinda a algunos libros usados. Una vez acabada la lectura, ¿qué pasa con los libros? ¿Se van al cementerio de libros olvidados? Seguramente -  muchos sí. Los afortunados, sin embargo, pueden gozar de una segunda vida. Pueden servir a los lectores otros tantos años participando en la elevación de mundos formidables... igual de ricos y expresivos que el universo de lectura. Hoy hablaré de los libros que se van al mundo de "librarte"... 
Hablaré de libros y sus reencarnaciones. 

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Empezaré por el más famoso de los artistas literarios, Mike Stilkey. Es un pintor/escultor  utiliza lomos de libros como sus lienzos: resultado - unas pinturas rocambolescas e instalaciones grandiosas que cuentan historias del otro mundo, figuras encorvadas hacia una dimensión fantasmagórica, gatos curiosos de ojos omni-mirada. 

Mike Stilkey at work. 



Os invito a pasar por esta página que recoge una instalación de Mike llamada: "Words fail me", (Palabras me defraudan). Aquí enlace.
La entrevista con Mike Stilkey que salió en New Yorker.
Y ya para acabar, la página web del artista: MIKE STILKEY Hay todo, hasta vídeos, su taller - TODO.
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La siguiente artista, Su Blackwell es muy conocida por sus esculturas (las llamaría: recorturas) de libros. Lo suyo es algo maravilloso, muy vintage y altamente femenino. Si visitáis su página web, os hechizará con un trabajo filigrana de lo más inspirador, recién asomado al mundo de fantasía. Pasaréis un momento especial, con su obra muy folclore.. presentada casi siempre en cajas de madera. Su labora también en el ámbito de instalaciones y obras comerciales. La autora admite que le gusta  recrear los mundos de su niñez, el asombroso descubrimiento del universo que le acompañaban -  de ahí sus personajes casi siempre son niñas en la edad juvenil, criaturas inocentes, frágiles sumergidos en los entornos bosquecinos, encantados.
La página de Su Blackwell: El mundo mágico de Su.





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Una mención especial se merece Jen Khoshbin y sus "manipulaciones" que me han llamado mucho. La adoro. Son mis librartes favoritas, justo después de las magníficas ilustraciones de Mike Stilkey. La razón - creo que mi fascinación por el trabajo de Jen se debe a un enfoque lleno de originalidad y con su punto travieso.Os recomiendo mirar sus ilustraciones que a través de una interferencia creativa mínima consiguen transmitir lo eterno, lo misterioso y lo universal de los libros. Ojo con sus agujeros";)




La página web de Jen Khoshbin: muy recomendable
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Ha llegado el momento para los libro-autopsias de Brian Dettmer. Esto ya es un trabajo más grave, mucho más esforzado y tiene un curro tremendo detrás. Brian se dedica a "reciclar" diccionarios, enciclopedias y atlases por norma habitual aunque también a veces toma como base libros de bolsillo. Luego coge uno de sus instrumentos y empieza a modelar, cortar, pegar, aplicar su magia y talento... El resultado es irrepetible - podéis ver su obra completa en sets - el flickr de Brian Dettmer. Os dejo un par de curiosidades:

Saturation Will Result (Detail)

Fate Far Fast Fall Final

Kingdom

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Para finalizar, más imágenes ... esculturas hechas de libros del set "¿En qué nos hemos convertido?" de Nicholas Galanin. Unas esculturas inspiradores, metafísicas. Juzgad vosotros mismos:

What Have We Become? Vol. 5

What Have We Become? Vol. 3

La página web del autor, Nicholas Galanin.
Si queréis profundizar en el tema, enlaces y fuentes:

lunes, 1 de agosto de 2011

Murakami y #ElFin. La reseña de @gancedo.


Abajo encontraréis, mis queridos lectores, la más esperada reseña escrita por un gran amigo @gancedo. La reseña es el fruto de nuestra lectura conjunta del libro "El fin de mundo y el despiadado país de las maravillas" del adorado Haruki Murakami, un autor que hizo realidad nuestra amistad. Me ha encantado la reseña - es muy "gancediana";) Disfrutad. 

#ElFin


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@gancedo: #ElFin

“Ignoramos el sentido del dragón, como ignoramos el sentido del universo, pero algo hay en su imagen que concuerda con la imaginación de los hombres, y así el dragón surge en distintas latitudes y edades.”
 El libro de los seres imaginarios, Jorge Luis Borges/ Margarita Guerrero

Murakami termina de escribir El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas en 1985. Y en esta obra, la influencia de 1984, de George Orwell ,es evidente, sobre todo en el esfuerzo por determinar el poder del individuo y de su conciencia. Contra la policía del pensamiento de 1984, nos encontramos con un científico loco que, supervisado por el Estado, modifica cerebros humanos buscando el núcleo del pensamiento.

El texto de Haruki Murakami alterna dos historias aparentemente distintas: El despiadado país de las maravillas y El fin del mundo. En la primera, real, se describe la distopía en una futurista ciudad de Tokio: Sistema y Factoría, calculadores y semióticos, científico loco y tinieblos, enano y gigante…, seres que, en un continuo enfrentamiento, desarrollan un discurso al límite de la supervivencia. Mientras, en El fin del mundo se nos muestra el purgatorio, la aldea amurallada donde sus habitantes humanos (sin alma, conciencia, amor ni sombra) trabajan en la recolección del cráneo de los unicornios. 

De la misma manera que un pianista utiliza sus manos, Haruki Murakami maneja esas dos líneas argumentales para construir una historia sobre el ser humano y su individualidad, que se entrecruzan de forma que perdemos las referencias de principal y secundario en la interpretación. Por una parte, una mano representa una ciudad del futuro, con claros elementos de la narrativa utópica (totalitarios -de Fahrenheit 451-, e hipertecnológicos, como en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?), o rasgos inocentes sacados de 1984 y de Un mundo feliz. Por otra, la izquierda, aparentemente de acompañamiento, describe un purgatorio donde el protagonista vive un ritual iniciativo de separación de su sombra. Esta, con voluntad propia, se rebela ante su inevitable muerte chantajeando emocionalmente a su anverso. 

Todos los personajes están bien diseñados, resultan verosímiles, a pesar de ser seres difusos, despersonalizados, sin nombre. Su identidad la definen sus actos, esos hechos que forman la frágil conciencia de ser. De este modo, resultan más creíbles, pues son seres imaginarios que viven en la conciencia del hombre, que viajan sin maleta, acompañados únicamente del bagaje interno de su memoria y de sus sentimientos.

Se trata de una novela entretenida, con grandes dosis de imaginación, que logra convertir la vida cotidiana en un relato fascinante, misterioso. Con un estilo muy sugerente, esta aparente historia de aventuras con tintes de ciencia-ficción se convierte en una metáfora de los sentimientos humanos en la que se invita al lector a una profunda reflexión: “Quizás el tiempo solo sea una herramienta creada por nuestro celebro para ordenar las experiencias vividas”, como dijo Stephen Hawking.