domingo, 10 de noviembre de 2013

yo, garuda...



Caíste
 en tu propia trampa
mentiste de nuevo
vislumbraste la noche y otra vez
prometiste a tus dolorosos ojos un calmante de nunca jamás 
te agarraste a tu propio sollozo
siguiendo la nana murmurada 
por esos malditos latidos
sin pavor, te adentraste en lo hondo y pegajoso de tus peores pesadillas
cual fénix te quemaste el plumaje
tú, ave de paraíso
avergüénzate
arrodíllate
dibuja con tus rodillas ensangrentadas
la aureola de auto-expiación 
-
y luego
camina despacio
bañado en la luz del día



*Sea esto un homenaje abrupto, repentino e imperfecto a la "Estación de la Calle Perdido" de China Mieville, inspirado en los hechos reales... teñido de melancolia de una tarde de domingo, una tarde cualquiera... una tarde embrujada ¿?

1 comentario:

  1. Luego, camina despacio cuando ya no es lo que era. Sino una cosa diferente. Algo que resulta ser el resultado de una alquimia dolorosa.

    La transformación es necesaria. De otro modo, de un modo estático, estaríamos muertos -en vida-.

    Gracias por el retorno.

    Lo necesitaba.

    ResponderEliminar